Barón en el set de grabación de “Puro teatro”, el más reciente videoclip de Mariaca Semprún
Por Gerardo Guarache Ocque
No se les ve en listado de premiados, pantallas de televisión o escenarios; quizá sí de fondo, serios y de traje, en alguna alfombra roja, pero son quienes cortan la maleza del camino para que los trucos de magia del artista funcionen, para que la música fluya hasta los oídos de la audiencia. Jesús Barón es uno de esos Brian Epstein del mundo, que hacen todo el trabajo detrás de cámaras y fuera de micrófonos para que obras de personalidades como Mariaca Semprún, Nelson Arrieta, Benavides e incluso su hermano Dani Barón, encuentren el destino para el que fueron concebidas.
Por estos días anda emocionado, más que de costumbre, porque dos de sus consentidos lograron nominaciones a los Latin Grammys, máxima fiesta de la industria musical latinoamericana. Mariaca Semprún, gran actriz y cantante, primero conocida por sus incursiones en telenovelas pero después aclamada por sus papeles en musicales sobre tablas, compite en el renglón dedicado a Mejor Álbum Tropical Tradicional por Soy Puro Teatro: Homenaje a La Lupe, álbum que viene a ser la versión discográfica de su montaje dedicada al gran ícono del latin soul. La producción también destacó en la categoría de Mejor Empaque, gracias al trabajo del diseñador Pedro Fajardo. Y en esta misma edición, su hermano Dani Barón, virtuoso guitarrista, vocalista y productor, compite por Mejor Arreglo por un experimento que hizo a partir del clásico Te extraño de Armando Manzanero.
Mucho, muchísimo de lo que está detrás de ambas producciones, fue posible gracias a la vena diligente de su mánager, un ingeniero petrolero egresado de la Universidad Central de Venezuela, con estudios de posgrado en el IESA y en la Universidad de Austin, Texas, que mandó al carajo el negocio petrolero en 2005 para convertirse en representante de artistas y fundar una pequeña compañía productora llamada Tumbao Music. Su primer representado fue Nelson Arrieta, cantante de Guaco y voz de muchos hits como Todo quedó, que había salido de la gran banda zuliana tras unos 15 años de trabajo para iniciarse en la dura empresa de triunfar como artista independiente.
Nelson Arrieta fue el primer artista representado por Barón. Foto: Cortesía
Tardó el joven Jesús en combinar sus conocimientos gerenciales con una pasión que siempre estuvo latente, inevitablemente, al formarse en un hogar muy musical, con un padre melómano y coleccionista de discos que toca el cuatro y una madre con una voz afinada. La Billo’s, Alfredo Sadel, la música venezolana, los boleros de Felipe Pirela, todo eso es parte de la banda sonora de la infancia de Jesús, “Chui” para los amigos.
“El cambio estuvo motivado porque quería hacer algo que me apasionara”, reflexiona Barón. ¿Qué busca en sus representados? Lo mismo: La pasión. Y a partir de eso, un respeto por su oficio: “Sea joven o con cierta trayectoria, un artista debe ser apasionado, auténtico, estudioso de su arte y cuidarse físicamente. Es un gusto trabajar con gente así porque además de sus cualidades artísticas son gente organizada. Además, es esencial que se enfoquen en la obra y no tanto en la fama o el dinero”.
En su discurso se combinan los dos mundos: primero el arte y después las finanzas. Primero el sentimiento y después la notoriedad, la aceptación del público, el flujo de caja. Por un lado habla del proceso creativo, las canciones, los álbumes y sus conceptos, y por el otro, habla de gerenciar el recurso humano, los planes de financiamiento, inversionistas, soporte legal, planes de marketing. Un mánager navega siempre entre esas dos aguas.
“Un mánager tiene que tener afinidad y admiración por el artista con el que está trabajando. Si no, no va a funcionar”. Eso también lo asegura quien todavía sigue excitado tras el anuncio del pasado 29 de septiembre, cuando se enteró de esas tres postulaciones a los Latin Grammys, las primeras que logra en su carrera y que suma a bastantes premios Pepsi Music.
Jesús es hermano de Dani Barón, nominado al Latin Grammy en la categoría de Mejor arreglo. Foto: Cortesía
Desde mayo de 2017 vive en Miami, ciudad que le ha permitido la continuidad de sus proyectos. Se mueve constantemente por Los Ángeles y Nueva York en una suerte de triángulo estratégico. En cuestión de tres años, ha alcanzado metas plausibles. No sólo emprendió con Semprún una gira del musical Piaf: Voz y delirio, con temporadas sold out en plazas exigentes como Madrid o Miami, cautivando a una audiencia internacional. También logró la firma con la disquera Universal Music, una de las grandes trasnacionales, de Benavides. Nelson Arrieta, por su parte, ha ofrecido conciertos en más de 13 países.
Benavides forma parte de la lita de artistas representados por Barón. Foto: Cortesía
Actualmente, el objetivo es sortear los efectos de la pandemia y seguir la marcha. Con Arrieta, trabaja en la continuación de una gira con Ronald Borjas —otro ex Guaco— y prepara un nuevo álbum para marzo de 2021. Dani, su hermano, sigue adelante con su agenda versátil como productor, arreglista, cantautor e ingeniero de sonido. Benavides se prepara para emprender una gira por Estados Unidos. Y Mariaca seguirá vistiendo la piel de La Lupe en más escenarios.
Barón está considerando la posibilidad de dictar un curso en línea para compartir sus conocimientos y sus experiencias como mánager. Le gustaría enseñar a quienes se inician en ese curioso arte detrás del arte, en cómo estructurar sus carreras, cómo emprender esa ruta llena de tareas de hormiguita, mística y paciencia para alcanzar, eventualmente, una sostenibilidad del negocio y, sobre todo, la sonrisa de su artista frente al aplauso del público.