“La pulga y el piojo” es una historia del medioevo que ha permanecido gracias a la tradición oral. Los españoles la trajeron a nuestras tierras durante la colonización, y desde entonces, ha pasado de generación en generación. César e Iván Pérez Rossi la conocieron gracias a su mamá, quien se las contaba en forma de canción cuando eran niños.
En 1982, cuando ya tenían 10 años de haber fundado Serenata Guayanesa, junto a Mauricio Castro y el cuatrista Hernán Gamboa, lanzaron el primer disco infantil de la agrupación, titulado Cantemos con los niños, Vol. 1. Fue ahí donde los hermanos Pérez Rossi, en honor a ese recuerdo de su infancia, incluyeron la canción.
“Yo no sé de dónde mi mamá se aprendió esa historia —confiesa César—, pero fue ella quien nos la enseñó. Al momento de grabarla, Iván adaptó varios de los nombres de los animales, para hacerlos más venezolanos”.
Fue gracias a ese álbum que, para muchos venezolanos, la boda entre el piojo y la pulga se convirtió en un clásico de nuestro repertorio tradicional. Un canto que une a todos por igual, niños, jóvenes y adultos, y con el que hoy Serenata Guayanesa celebra medio siglo de música.
“Yo casi nunca he escuchado ‘La pulga y el piojo’ en la radio —dice César—. Sin embargo, todos los venezolanos, desde el más adulto hasta el más niño, se la saben. Eso se lo debemos a los docentes de nuestro país. Son ellos quienes han creído en lo que hacemos, y le han enseñado ésta y muchas otras canciones a los niños de varias generaciones”.
Serenata Guayanesa es una de esas agrupaciones que no necesitan presentación. Basta con escuchar “A la una”, “El papagayo”, “Corre caballito”, “Viajera del río” o “Calipso de El Callao” para tener una idea de la importancia del grupo. Durante estos 50 años, Iván, César, Mauricio y Hernán (sus fundadores), así como Miguel Ángel Bosch (quien forma parte del grupo desde hace 38 años) y Sabin Aranaga (incorporado más recientemente), han protagonizado un capítulo fundamental en la historia de la música popular venezolana.
En su trayectoria musical, la agrupación también se ha topado con otras versiones de “La pulga y el piojo”, como aquella popularizada en México por Pedro Infante. Una vez, en España, un fanático les obsequió un cassette de Wilfrido Vargas y sus Beduinos, que incluía la canción en forma de merengue dominicano. En otra ocasión descubrieron una versión de Islas Canarias a cargo de Mestisay, con quienes más adelante grabarían un mix que incluiría ambas formas: la canaria y la venezolana.
Aunque existen varias versiones de “La pulga y el piojo”, para la familia venezolana ninguna es tan conocida y tan cercana como la de Serenata Guayanesa. El grupo, declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2011, ha recibido importantes reconocimientos, como las 5 estrellas que le otorgó la BBC en la sección Music World Choice. Ha grabado más de 30 álbumes, 50 ediciones especiales e innumerables apariciones en producciones de colegas, de los más experimentados a los más nobeles. Son muchos los reconocimientos y ovaciones que han recibido los serenateros que llevan a Guayana, su tierra de origen, como apellido.