La edición más reciente de Guataca Nights en el Teatro La Plaza de Panamá fue una fiesta de baile, canto y, además, un intento por preservar el calipso a través del talento del Bambo Lane, un colectivo de cultores y entusiastas de uno de los géneros más contagiosos de la tradición del istmo.
Durante el encuentro musical, los miembros de la iniciativa interpretaron los temas de su álbum Nuestros Sonidos – Calypso from Panama, un proyecto que, además de transmitir el legado cultural del calipso a los más jóvenes, promueve el intercambio educativo y musical entre artistas de distintas generaciones, liderados por el calypsonian Ringging Bell, quien, con 89 años de edad, es uno de los exponentes más longevos del ritmo en el país.
La voz femenina del jazz en Panamá, Idania Dowman, quien pasó por el escenario de Guataca Nights en 2017, hace honor al legado que le dejó su padre, el recordado vocalista de calipso Lord Byron, participando también en este conjunto musical. Otro integrante de Bamboo Lane que también ha pisado la tarima guataquera en otras oportunidades es Ernesto Belgrave, miembro de The Beachers. Al conjunto lo completan Lloyd Gallimore, Yayo Hernández, Eric Blanquicet y el productor musical Billy Herron.
El calipso llegó a Panamá a principios del siglo pasado, de manos y voces de los trabajadores antillanos llevados para construir el Canal. Su ritmo contagioso contrasta un poco con el contenido de sus letras, en su mayoría cargadas de denuncias y críticas sociales. En los últimos años, instituciones culturales istmeñas, como Folk Lab Music y la Fundación Danilo Pérez, han diseñado estrategias para promover el estudio académico del género, además de compilar retazos de su historia, con el fin de preservar su existencia.