Por Eudomar Chacón Hernández
El crecimiento sustancial del Sistema de Orquestas de Venezuela se produjo justo antes de que el país experimentara la peor crisis migratoria de su historia. Es la segunda más grave del mundo en lo que va de siglo, sólo por debajo de Siria. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Mundial de Migraciones (OIM) son más de 5.5 millones los venezolanos los que han dejado su tierra en busca de oportunidades, 4.6 de ellos en América.
Muchos de los artistas formados dentro de la mega estructura concebida por el maestro José Antonio Abreu, cuya semilla sembrada en 1975 germinó hasta obtener el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, entre muchísimos otros reconocimientos internacionales de gran prestigio, integran esa diáspora.
De estos músicos venezolanos regados por el mundo, algunos han logrado establecerse en orquestas de renombre, en teatros y academias. Otros, por necesidad, tocan en la calle o se desempeñan en áreas distintas, dejando en casa sus violines y chelos, flautas y clarinetes. Pero han surgido varias agrupaciones que pretenden reunirlos para que sigan cultivando su arte en los países de acogida. Aquí destacamos algunos casos.
Bolívar Phil (Miami, EEUU)
Es una orquesta compuesta por más de un centenar de músicos venezolanos residenciados en Estados Unidos, donde ocho de cada diez se ganan la vida como taxistas de plataformas como Uber o Lyft. El nombre de la agrupación es un guiño a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, a la que varios de sus miembros pertenecieron.
Realizó su concierto debut en junio de 2019 en la Universidad Internacional de Florida. En junio de ese mismo año ganó una beca de 60.000 dólares de la Knight Foundation, por un proyecto enfocado en acercar la música clásica a personas que no tienen acceso a las grandes salas de conciertos en Florida. Entre sus objetivos a largo plazo está fundar un programa social y educativo similar a El Sistema. Otro de sus objetivos es ofrecer un repertorio latinoamericano clásico que selle el lugar de Miami como Centro Cultural de las Américas.
Orquesta Sinfónica Cruz-Diez (Madrid, España)
Creada en 2019, la Cruz-Diez nació gracias a la iniciativa del joven director Manuel Jurado junto a un grupo de músicos inmigrantes venezolanos hijos del Sistema, con el propósito de integrar a colegas hispanoamericanos y de otras latitudes que requirieran un espacio formal para la creación y ejecución del arte musical.
Recientemente, realizó una ópera gala que contó con la participación de los cantantes líricos venezolanos Aquiles Machado, Mariana Ortiz, Ana Lucrecia García y Víctor García Sierra. Cuenta con 70 miembros y lleva adelante una campaña de recaudación de fondos para obtener una sede donde los músicos puedan ensayar y formar a nuevas generaciones.
Orquesta Sinfónica de la Juventud (Bogotá, Colombia)
Es un proyecto binacional, conformado por artistas venezolanos y colombianos, dirigido por profesores y músicos formados en las filas del Sistema. La orquesta, dirigida por Manuel López, pertenece a la Fundación para la Integración Musical de Colombia, que también está a cargo del Coro Sinfónico de la Juventud (liderado por Ricardo Gómez y Sara Catarine).
El 46% de los integrantes del coro y la orquesta son venezolanos, todos pertenecientes al Sistema; otro 35% está conformado por colombianos, y el 19% restante tiene doble nacionalidad, al ser hijos de colombianos que vivieron en Venezuela.
Sinfonía Migrante (Lima, Perú)
Nació con el objetivo de darles a los músicos venezolanos una oportunidad para reencontrarse con su pasión. En principio, estuvo conformada por 25 personas, y hoy ya son más de 120 músicos y 40 coralistas.
Su concierto debut, realizado en agosto de 2019 en el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social de Lima, fue un rotundo éxito, pues el aforo del auditorio superó el máximo de su capacidad y quedaron por fuera cerca de 200 personas. Desde entonces ha interpretado un repertorio conformado, principalmente, por música popular venezolana y peruana, adaptada al formato sinfónico.
Fundación Música para la Integración (Santiago, Chile)
Es una institución fundada en 2015 por la directora de coros venezolana Ana Marvez, con el fin de ofrecer un espacio de formación y de encuentro para sus paisanos músicos. Está conformada por 350 artistas, la mayoría de ellos venezolanos y chilenos.
Cuenta con cinco escuelas de música, una orquesta sinfónica y un coro. Actualmente está gestando una nueva agrupación, que se llamará Orquesta Sinfónica Andrés Bello. Desde la pandemia mundial por Covid-19, ofrece un programa de educación virtual.
Latin Vox Machine (Buenos Aires, Argentina)
Es un proyecto sinfónico ideado en 2017 por el productor y realizador Omar Zambrano junto a 35 músicos venezolanos que se ganaban la música tocando en el metro de Buenos Aires. Funge como un espacio de integración, diálogo y reflexión sobre la convivencia y tolerancia; y reúne profesionales de distintas nacionalidades y disciplinas artísticas.
El 60% de sus miembros son hijos del Sistema, y el otro 40% son artistas de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Perú, Siria y Uruguay. Cuenta también con una escuela de formación (Latin Vox Academy), una coral (Latin Vox Choir) y varios ensambles.