Por: Andreina Mujica
En esta gira por Europa, Desorden Público, con 35 años montado en escenarios, visitó París (sábado 12 de octubre) por segunda vez, en la Isla de Francia, Montreuil fue el punto, un municipio consentido por los bobos (bohemios burgueses) que han conquistado espacios, mejor conocido como el 21 barrio de París.
Y el domingo 13, Hard Rock Café de Lyon terminó siendo sold out.
En Francia la migración venezolana está superando la insólita cifra de 50 mil exiliados, según la representante de Voluntad Popular en París, Paula Doumerg, ese número no incluye asilados ni doble nacionalidad.
Todo en orden.
Una pareja bordeando los 35 años llegan a las seis de la tarde del sábado a la sala de conciertos en Montreuil, “Les Chinois”. Les lanzaron un pitazo que había que llegar muy temprano, pero se les pasó la mano y dos horas de anticipación les permitió irse a cenar mientras el “desorden” se apoderaba del local.
A las 7:00 ya estaba nutrido el bar y la sala comenzaba a calendar motores con los DJ”s Cocosette y Todasana, sería una falta de seriedad explicar que son venezolanos.
Entre los asistentes comenzaba una inquietud a pasarse de grupo en grupo, deberían de poner algo así como “Los Pericos”, BANG! Arranca “Parate y mira” y todo mundo canta, se ríe y baila. A la llegada de los Desordenados ya todo mundo está más que contento y sintiéndose en Caracas.
Hace su entrada Horacio Blanco y Caplís, Dan-Lee Sarmiento, Oscarello Alcaino, toda la banda en pleno arrancan con Canto Popular, Palo y Piedra, Valle de Balas, nivel superior de alegría, saltos, el ska se apodera de la sala y también un intento de pelea que fue disuelto entre Caplis y el público, venezolanos dispuestos a divertirse sin escenitas. Entre los Esqueletos que danzaban y Tiembla llegó “Los que se quedan, los que se van” y arrancaron varios a llorar, sin dejar de abrazarse y cantar. Se escuchó uno que decía, “Chamo, sentí que se me estaba borrando la identidad y ni lo sabía”.
Ska Skapate del duelo.
En las salas como “Les Chinois” hay un espacio cerrado con aire integrado para los fumadores, visto que cuando llega el invierno la cosa no pinta divertida en la calle, estos espacios son destinados para fumar libremente, en este concierto en especial fue usado como suerte de confesatorio. Era como salir un poco de tanta alegría, en ese efecto que logra Desorden de trasladarnos 20 años atrás a una Venezuela alegre, donde divertirse era el cotidiano, y Desorden los papás de todo festival, rumba, guateque, concierto, etc.
Entre una canción y otra, los asistentes buscaban una cerveza y se iban a conversar a “fumatorio”, más que fumar era conversar, compartir historias de como están sus familias en Venezuela, venezolanos de edades que iban entre 20 y 60 años, se abrazan, lloran y se autoinvitan a salir y seguir el concierto, “vinimos a divertirnos, a cantar, a viajar con Desorden por Venezuela, no se puede sufrir a toda hora”.
Horacio es un tipo que crea comunicación directa con su gente, tiene un vozarrón que te invade y a la vez acaricia, aunque “hay cosquillas que no dan risa” el momento en el que agradece la asistencia también habla con el dolor de la actualidad, “Ustedes han venido a Francia buscando una mejor vida y desde acá siguen ayudando a su gente, agradezcamos a Francia por recibirnos, si tienen un francés cerca, abrácenlo, agradezcan”.
Bueno, la que se armó no fue normal, de por si nosotros del Caribe, somos afectuosos, los franceses son más reservados, menos abrazones, 90 % de los asistentes éramos venezolanos, ante la sugerencia del líder de la banda, grupos masivos de criollos se abalanzan buscando un francés a quien abrazar, así fuera prestado, lo más cómico era escuchar a un amigo nativo del mismísimo París: Qu’est-ce qu’il a dit Qu’est-ce qu’il a dit? Qué dijo él?
Este texto fue publicado en el portal web de César Miguel Rondón, disponible aquí