El ganador de tres Latin Grammys, bajista del C4 Trío y productor Rodner Padilla cristalizará un viejo anhelo. El domingo 23 de octubre, a las 6:00 pm (hora local), estrenará su Concierto para bajo eléctrico y orquesta junto a la Miami Symphony Orchestra (MISO) y su director, Eduardo Marturet, en el Knight Concert Hall del Adrienne Arsht Center, la sala de teatro más importante de Miami.
«Es una idea que tiene años, o más bien décadas, rondando. Es de esas ideas que por ser tan ambiciosas parecen inalcanzables», comenta Padilla, quien soñaba con una obra en gran formato de esas características desde principios de los 2000, cuando era estudiante del antiguo Instituto de Estudios Musicales en Caracas, en cuyas aulas comenzó a codearse con colegas como los cuatristas Jorge Glem y Héctor Molina, sus actuales compañeros en C4, y con muchos otros artistas con los que generaría un movimiento de ensambles venezolanos de vanguardia.
El artista, ganador del Latin Grammy 2019 al Mejor Arreglista por su trabajo en “Sirena” (Luis Enrique & C4 Trío), ha estado colaborando con la MSO como compositor, arreglista y productor durante los últimos dos años. Hace apenas meses, a la salida de una de esas sesiones de grabación en la que trabajaron juntos, su paisano el maestro Marturet, sin titubear, le lanzó la propuesta: «¿Y cuándo vamos a tocar algo tuyo?»
Sólo por su musicalidad y virtuosismo como bajista, Padilla no suele tener espacios libres en su agenda. Si no son sus compromisos con Servando y Florentino o grabaciones de los videos Free Cover, son giras con Nacho y Los Fantásticos, recitales de C4 o sesiones como productor, rol que, por ejemplo, asumió no hace mucho en un proyecto del salsero nicaragüense Luis Enrique. Por eso, para poder encerrarse y concretar la obra que le había comisionado la Orquesta, debió buscar suplentes para sus otras citas y apoyarse en una asistente que editara las partituras.
«Esto se lo debo al maestro Marturet y a mi querida esposa (Gaby de Padilla), que fue muy fastidiosa —dice Rodner riendo—. Ella me decía: ‘¡Dile que sí, hazlo, eso va a ser buenísimo’! A estas alturas de la carrera, uno sabe que la única manera de hacer las cosas es aceptando los retos y las oportunidades, sacando el tiempo de donde no lo tiene».
Padilla lo hizo todo, o casi todo, en cuestión de cinco días. Sí, cinco días de claustro y trasnocho le bastaron para escribir una obra que, de acuerdo con la página oficial de la MISO, propone una “mezcla exótica de tradición y modernidad”.
El artista aprovechó el motivo de una canción que quedó por fuera de Back to 4, el álbum de C4 Trío que competirá a mediados de noviembre por el Latin Grammy a Mejor Álbum Instrumental, y lo desarrolló para convertirlo en la pieza magna que estrenará él mismo como solista. Aunque existen algunos antecedentes, como el concierto en tres movimientos del experimentado compositor para cine y televisión John Beal, escrito para el álbum Heart Of The Bass (1992) de John Patitucci, el bajo eléctrico sigue siendo un invitado extravagante en una fiesta de violines, chelos y violas.
«Traté de escribir la música más interesante— explica Padilla—. Pero busqué que fuera más… ¿cuál sería la palabra? Efectiva. Lo curioso es que la voz del solista la lleva el bajo, con su propio sonido. No traté de sonar clásico. Más bien, procuré traerme a la orquesta a este otro mundo».
Rodner Padilla (Punto Fijo, 1979) es, siendo cautos, uno de los músicos más talentosos de su generación. Mucho ha pasado desde que aquel jovencito falconiano debió demostrarle en un ensayo a la gran cantante Soledad Bravo por qué el maestro Andrés Briceño le tenía tanta fe. De allí en adelante, comenzó una carrera imparable y versátil, no sólo como bajista, junto a gente como Gerry Weil, Alfredo Naranjo, Yordano e Ilan Chester, sino como multiinstrumentista, arreglista y productor.
Proyectos como EnCayapa, ensamble que lideró dentro del extinto conglomerado de agrupaciones Movida Acústica Urbana, fueron apenas algunas muestras de su potencial. Padilla fue el primer integrante de C4 Trío en dejar Venezuela y establecerse en Estados Unidos. Por su manera de tocar, que lo ha llevado a trabajar con personajes como Marc Anthony, es una referencia para muchísimos jóvenes entusiastas del bajo.
Lo del domingo, día en el que también sonarán Brahms y Mahler y la pianista Yonnie Han estrenará una obra de Karen LeFrak, será un hito, un ítem dorado de su hoja de vida. «Definitivamente, es un highlight de mi carrera, de mi vida como músico», reflexiona. Además, lo ve como una oportunidad para ofrendarle algo en agradecimiento a su lugar actual de residencia. De paso, la MISO se estrenará ese día como orquesta oficial de Miami: «Son gente que forma parte importante de la vida cultural de esta ciudad que me ha dado bonitas experiencias en estos 9 años que he vivido acá, entre esas ver a mis hijos crecer sanos y felices».