
Cuatro músicos conformaron una banda sin nombre para un proyecto sin título. En un acto de resistencia, Guillermo Carrasco, Rafael Greco, Alfred Gómez Jr. y Manuel Rangel se olvidaron de pretensiones comerciales, estratagemas promocionales y postulaciones a premios. Juntos, burlaron el algoritmo. NO a la búsqueda de seguidores, likes y clics. Al carajo las tendencias y la viralidad. SÍ al encuentro humano en torno al arte. Sí a la Sesión en vivo (2024).
En escala criolla, sería lo que en el ambiente rock anglo llamarían un supergrupo. Guillermo Carrasco ha sido músico por más de 50 años, en los que ha cosechado una obra como solista sofisticada y elegante. Son suyas canciones inolvidables como “Ojalá”, “Alégrate”, “Bella y fugaz” y “Ya no estás aquí”. Uno de sus álbumes, Una a la vez (2003), lo produjo con Rafael Greco, saxofonista de Guaco y artista polifacético. Greco es un hombre renacentista, cuya complejidad quedó al descubierto, bien avanzada su carrera, en Dice que vive/Signs of Life (2022) [sobre el que pueden profundizar acá].
Alfred Gómez Jr. es un pianista, productor y cantautor que comenzó por un experimento salsero, La reina peinándose (2008), antes de traer a la escena un pop esperanzador y genuino en trabajos como Simple (2012), Espiral (2017) y su EP más reciente, Cerca del fuego (2022). Fue él quien encendió la chispa del proyecto cuando convocó al más joven del clan, a Manuel Rangel, un guitarrista clásico que ha cobrado relevancia, como maraquero, en el ambiente atado a la raíz tradicional. No sólo ha colaborado en ese rol en obras premiadas, como Tesoros de la música venezolana (2008), de Ilan Chester, con la MAU y con ensambles como Kapicúa, Cuatrombón y Venezuelan Roots, sino que ha trabajado en la academización de las maracas. Fue él quien estrenó el Concierto para maracas y orquesta, de Ricardo Lorenz. Además, creó un método de enseñanza de ese instrumento tan sencillo en apariencia y tan complejo en realidad.
Cada uno nació en una década distinta. 1947, 1967, 1978 y 1986. Pero en la ceremonia de la Sesión en vivo (así terminó llamándose el EP), no hay edades. No hay mocedad ni vejez. Hay arte; arte del imperecedero, que —explica Gómez— busca reivindicar el espíritu de la colaboración.
La idea surgió cuando los cuatro coincidieron en un espectáculo de la Movida Acústica Urbana, liderada por Álvaro Paiva, llamado Todo de aquí, que celebró a los compositores locales desde ese concepto mixto entre el pop, el rock y otras tendencias sobre una base inspirada en el folclore. Esa noche, la del 12 de octubre de 2023, en lo que ahora es el Centro de Arte Moderno de Caracas, Gómez habló con Rangel. Más tarde, pensó en Carrasco y, a través de él, llegó a Greco. A medida que se fueron sumando, entre conversaciones, cafés y ensayos, la premisa mutó hasta lo que se cristalizó el 11 de noviembre en La Santa Mónica, el estudio que regenta Claudio Leoni.
Los tres temas fueron editados por Juan Carlos Salazar y masterizados por Germán Landaeta. Además, como para mostrar el truco de magia por dentro, fueron registrados por las videocámaras de Manuel Oropeza (Nómada Films). El resultado es un oasis de musicalidad, que se puede apreciar como obra completa en plataformas.
EPISODIO 1/3
Al llegar a La Santa Mónica, Gómez vio un Fender Rhodes en perfecto estado y no dudó en usarlo para grabar. Ninguna herramienta tecnológica del Siglo XXI puede emular el sonido distintivo de ese teclado de los 60 que colorea los versos de “Avenida 10”, la que se trajo Rafael Greco de su disco Dice que vive/Signs of Life. Es su oda a la calle de Maracaibo en la que creció. Su voz camina sobre unos tambores programados, una percusión que hace Carrasco, las maracas de Rangel y un collage sonoro callejero. Muy percutiva y, a la vez, muy poética, con un guiño final a “The Way It Is”, de Bruce Hornsby.
EPISODIO 2/3
“Canción” fue la que escogió Gómez, de su álbum Espiral. Es una crónica del acto creativo en la que se encuentran en armonía lo electrónico y lo orgánico. Carrasco pone su voz y aporta relieves desde su guitarra eléctrica. Rangel, sus maracas. Greco suma lo que haga falta para enfatizar el mensaje: coros, teclados, percusión y sonidos programados. Es la pieza más dulce de esta criatura rara que parece venir de otro tiempo, no se sabe si del pasado o del futuro.
EPISODIO 3/3
La voz de crooner de Carrasco impone su autoridad y legitima los versos de “El tiempo”, una pieza que tomó de su Inmensa minoría (2012): Por dentro, sigue hirviendo la pasión/ tormento, que no encuentra solución. Canta, con su guitarra, sobre un sample de tumbadora, un Caribe electrónico, más el teclado Rhodes de Gómez. Rangel, esta vez, toma una guitarra acústica y participa de las armonías. Desde un costado, Greco pone elementos de percusión y brinda su sonrisa complacida. El mensaje del tema le sirve como declaración de principios al EP completo, a esos 17 minutos de remanso en los que conviene zambullirse a cuerpo completo.