Héctor Medina le hizo una promesa al público: Pasearlos en lancha por el oriente venezolano a través de su música. Aunque no están precisamente en la playa —de hecho, es una noche lluviosa en Caracas—, los presentes aceptan con agrado la invitación a viajar con la imaginación.
«Gracias por montarse en esta lancha conmigo», dice Medina tras hacer un joropo oriental instrumental, al comienzo de la velada. Él, cantante y cuatrista carupanero, es el protagonista de las Noches de Guataca del 29 de abril de 2022 en los Espacios abiertos del Centro Cultural BOD.
La lancha, que se llama Encantos de Oriente y cuyos tripulantes son Javier Marín (bajo), Enrique Márquez (mandolina) y Carlos Pérez (maracas), enciende su motor con un Polo Margariteño, seguido de una Jota carupanera: Cuatro cuerdas tiene un cuatro / y ocho tiene una bandola / cuatro ruedas tiene un carro / y ocho tiene una gandola / cuatro mil deseos tiene / la mujer que se enamora. Desde el público le piden que felicite a una abuela que está cumpliendo 75 años de vida. Él no solo la felicita; le dedica el concierto entero.
Es el turno de «Mi nieta Francisca Antonia» de Luis Mariano Rivera, tema que Medina incluyó en el álbum que dedicó a su ídolo: Un sentimiento: Homenaje a Gualberto Ibarreto. Luego hace el merengue «Oriente es otro color», de Henry Martínez, y el joropo «Tírame seis», popularizado por Hernán Marín.
Canta entonces un «Mosaico Gualbertero» que también forma parte de su proyecto discográfico, y que incluye los clásicos «Cristal» (Simón Díaz), «Amor bonito» y «La carta» (Enrique Hidalgo). El público corea todas las canciones del popurrí.
En memoria del maestro Chelique Sarabia, Medina interpreta «Mi propio yo», que precede a un Punto y llanto titulado «Navegando entre la bruma», y a «El rompe colchón», un jocoso merengue que grabó junto a Gualberto.
El paseo continúa con una Jota margariteña, y otro merengue oriental que se llama «Tremendura de mi vida», autoría de Javier Marín.
Tras hacer un Galerón, Medina y sus músicos interpretan un medley de Parrandas orientales, en el que suenan «Chacalera», «María Antonia», «El bote», «Las tetas de María Guevara», «Guanaguanare», «Guacuco», «El aguardiente» y «El parrandero».
Es el turno de otro clásico del repertorio romántico venezolano: «Anhelante», de José «Pollo» Sifontes, que en esta ocasión Medina empata con una versión de «La bikina», ese famoso tema mexicano de Rubén Fuentes que han cantado voces como ‘El pichón’ y Luis Miguel.
Aunque el paseo es por oriente, Medina baja un poco al sur y pisa tierras guayanesas para cantar el vals de Manuel Yánez, «Viajera del río».
Para finalizar su viaje en lancha, y en honor a su querido estado Sucre, el artista hace un joropo oriental titulado «Carmen», en el que demuestra su virtuosismo en el cuatro. El público, emocionado, comienza a aplaudirlo de pie, incluso antes de terminar la pieza.
Los presentes piden un bis y él los complace con una versión de «A cuerpo cobarde», que pone a todos a cantar y los deja con una sensación de gratitud por este paseo musical que los llevó por algunos de los géneros y temas más representativos del oriente venezolano.