Venezuela llegó victoriosa a los Latin Grammys 2022 desde la víspera. Hace casi tres meses, el jueves 25 de agosto, la Academia Latina de la Grabación anunció que le otorgaría el Premio a la Excelencia Musical a Yordano. Más tarde, supimos que eran más de 20 los artistas venezolanos repartidos entre más 50 categorías. Pero a medida que se abrían los sobres, casi la totalidad de los gramófonos iba cayendo en manos ajenas en una jornada que fue toda de Jorge Drexler, de Rosalía, de Bad Bunny.
Fue notoria en esta ocasión la cantidad de artistas de origen venezolano involucrados en proyectos de otros personajes, algunos de ellos internacionales, desde la composición, los arreglos y otros aspectos de la producción discográfica. Muchos participan desde un trabajo colectivo, una suerte de fábrica de hits. De manera que, para conocer esos triunfos, es necesario ponerle lupa a los créditos de las obras.
Pongamos ejemplos: Reggi El Auténtico y Florentino Primera escribieron parte del contenido de Pa’ allá voy de Marc Anthony, ganador de Mejor Álbum Salsa. En Dharma, el Mejor Álbum Vocal Pop, participaron Elena Rose como compositora e intérprete de uno de los temas, y Manuel Lara, como autor y productor de varios. Judy Buendía aportó una pieza a Abeja Reina, el Mejor Álbum Banda, de Chiquis. Yasmil Marrufo y Jorge Luis Chacín, a su vez, depositaron su creatividad en Aguilera, el Mejor Álbum Pop Vocal Tradicional, de Christina Aguilera.
Juan Carlos Centeno, ganador del Álbum Cumbia/Vallenato —junto a Ronal Urbina— con su Feliz aniversario, dedicó generosamente su premio a Venezuela, su segunda patria.
El laurel al Mejor Nuevo Artista se convirtió en uno de los hitos de la ceremonia que arribó este año a su 23o aniversario. El honor recayó en dos artistas, una de 95 años de edad y otra de 25. La primera es la cubana Ángela Álvarez, quien actúa junto a un grupo en el que participa el actor Andy García, quien además produjo y narró un documental sobre su vida. La otra es Silvana Estrada, una joven y talentosa cantautora mexicana cuyo instrumento principal, además de su voz, es un cuatro venezolano.
La cateogoría Mejor Álbum Instrumental tuvo un desenlace exactamente opuesto al de 2018. En aquel año, Miguel Siso fue el único venezolano compitiendo contra cuatro propuestas brasileñas y salió victorioso con su Identidad del sello Guataca. Esta vez, fue el gran mandolinista Hamilton de Holanda el único brasileño contra cuatro álbumes de venezolanos, uno de ellos, el de la violinista Daniela Padrón, concebido junto a la pianista cubana Glenda del E. De Holanda, quien estaba sentado en la mesa junto a C4 Trío, ensamble también postulado en la misma categoría, fue el que subió a recibir su gramófono por su Maxixe Samba Groove.
Nos quedamos con las ganas de ver ese galardón en las manos del longevo ensamble Raíces de Venezuela, o del maestro Gerry Weil, quien asistió, elegantemente vestido, sonriente y feliz a sus 83 años, saludando a todo el mundo y celebrando su monumental trabajo sinfónico junto a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. Además, aprovechó de participar en jammings dentro del Mandalay Bay Convention Center.
Liniker hizo historia en Brasil al convertirse en la primera artista transgénero en ganar un Latin Grammy. Además, por primera vez, un gramófono se va a Bolivia, en manos del productor Vladimir Suárez. Lo mismo con Paraguay, que se llevó sus dos primeros laureles de la Academia Latina Grabación gracias a la guitarrista clásica Berta Rojas.
Los Latin Grammys se expanden, atendiendo la diversidad inabarcable de la región. Latinoamérica es un fresco muy variopinto prácticamente inclasificable. En las galas, se habló en castellano, portugués e inglés. Proyectos premiados como el Carlos Vives con Fito Páez, o el de Jorge Drexler con Marisa Monte, son reflejos de esa búsqueda. También la presentación de Drexler con Elvis Costello, la de John Legend con el colombiano Sebastián Yatra, o la de Christina Aguilera con el mexicano Christian Nodal.
Ocho fueron los gramófonos de Drexler, incluido los de Canción y Grabación del Año, por su dueto con C. Tangana. Cada uno de sus proyectos fue reconocido. Lo que el uruguayo toca lo vuelve joya. Bad Bunny, quien no estuvo presente, brilló en los apartados urbanos. Fito Páez, quien sí estuvo participando muy activamente e incluso colaboró en el homenaje a la Persona del Año (Marco Antonio Solís), se llevó dos de rock. Pero en Rosalía impactaron los flashes más intensos de la noche porque su Motomami se coronó como Álbum del Año.