Alejandro Zavala decidió mostrar lo mejor de su repertorio y su carrera en un concierto. Tarea complicada para alguien que ha lanzado ya cuatro álbumes en solitario, que tiene un quinto en camino y que puede cantar con la misma soltura una gaita de tambora y una balada pop. Pero igual se enrumbó en este viaje por Latinoamérica, que representa, además, el cierre de la primera mitad de temporada de Noches de Guataca 2022, que desde este año se realiza en los Espacios Abiertos del Centro Cultural BOD.
Alejandro es uno de esos artistas que son intencionales en expandir siempre sus horizontes musicales, probar nuevos géneros y fusionarlos. Es el director y fundador de la Escuela Contemporánea de la Voz —de la que han salido artistas como Nella—, y estuvo recientemente nominado al Latin Grammy por su álbum Vocal (2021). Con Guataca tiene una relación de años que incluye una producción discográfica titulada Colores tierra (2014) y dos recitales en las Noches de Guataca de 2013 y 2014. Es, básicamente, un amigo de la casa.
Sube al escenario como quien se reencuentra con un ser especial a quien tenía años sin ver. La plataforma no le es ajena. Lo acompañan María José Castejón en las maracas y percusión, Raymond Mariño en el bajo y Orlando Hernández en la guitarra (eléctrica y acústica).
“Este repertorio no es solo un viaje por distintos lugares del continente. También es un recorrido por parte de mi vida y de mi historia”, dice tras interpretar la primera canción de la noche: “Décima gracitana”, de Oswaldo Romero, que antecede a “Entre dos besos”, un tema que habla de un amor juvenil y que Alejandro incluyó en su disco guataquero.
Las siguientes tres canciones forman parte de Cantautor, el quinto álbum de Zavala, que está en proceso de grabación: “Luz”, un merengue venezolano lento, dedicado a la búsqueda de la claridad (Luz que me nombras, que mi cuerpo enciende y canta; luz que me agrandas, luz que me salvas, que haces rechinar el corazón); “Esta noche”, una balada que habla acerca de dos seres que se seducen entre sí; y “Volaré”, segundo tema pop del concierto, es el canto de una persona que se niega a dejar de luchar por una relación de pareja (Volaré aunque me hieras, en cada beso que se nos muera. Volaré aunque me hieras, en cada invierno y en cada hoguera).
Zavala canta una versión en merengue venezolano de “Si tú no bailas conmigo”, del maestro Juan Luis Guerra, que estuvo, además, en el álbum Primavera para mayo (2011).
De República Dominicana salta a la zona austral para interpretar dos hermosas zambas argentinas: “Pasarero”, de Carlos Aguirre, donde el guitarrista Orlando Hernández hace una fusión con el Jesus Bleibet Meine Freude de J.S. Bach; y “Oración del remanso”, de Jorge Fandermole, dedicada al Cristo de las Redes. “Salud por la música hermosa y por los grandes compositores”, dice Zavala tras cantar estos dos temas, que representan el momento más espiritual de la gala.
El recital avanza con contrastes musicales bien marcados. De un vals peruano (“Ódiame”, Rafael Otero López) pasa a un latin funk (“No es fácil amar a una mujer”, Evio Di Marzo) y luego a un bolero (“Juguete”, Bobby Capó). El artista hace un merengue de su autoría, titulado “Con mi corazón”, que escribió como reflexión sobre lo dura que fue la cuarentena para las relaciones interpersonales.
Toma el cuatro para acompañarse en el joropo “La partida”, de Carlos Bonet, un trabalenguas musical al que muchos cantantes le huyen, pero que él afronta con aplomo y excelencia. El público lo agradece y estalla en aplausos. La canción marca el inicio del set más rumbero de la cita, conformado por el bolero-son “Lágrimas negras” (Miguel Matamoros), la cumbia “La piragua” (José Barros) y el son cubano “El guayabero” (Faustino Oramas).
Finalmente, Alejandro canta “Lo que dejé pasar”, su más reciente sencillo, una fusión de danza zuliana que estará en su quinto álbum; y culmina el concierto con un seis por derecho: “El vinagre”.
Así, pues, el artista, con la versatilidad que le caracteriza, cierra el telón de una exitosa temporada de Noches de Guataca que ha ido desde propuestas muy tradicionales, como las de Gregorio Mota y Héctor Medina, hasta otras más eclécticas, que incluyen a Suena4, Marian Vivas y el propio protagonista de esta noche, Alejandro Zavala.